Hace apenas unas semanas la Comisión Ballenera Internacional (CBI)
volvía a rechazar un acuerdo para trabajar en la creación de un
santuario en el Atlántico para la protección de estos cetáceos. Sin
embargo, pocos días después, 24 países y la Unión Europea llegaron a un acuerdo para establecer en la Antártida la mayor reserva marina del mundo.
Este nuevo espacio protegido tendrá más de 1,5 millones de kilómetros
cuadrados, una superficie equivalente a tres veces el territorio de
España. Tras el varapalo de la Comisión Ballenera para las
organizaciones conservacionistas, la creación de esta gran reserva
marina en la Antártida ha supuesto un gran triunfo para la
biodiversidad.
El santuario que se creará después de que la
Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos
(CCRVMA) diera luz verde al proyecto -tras años de negociaciones- se
situará en el aislado, pero muy rico en biodiversidad, mar de Ross, en
el océano Antártico.
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