miércoles, 20 de abril de 2016

Por qué la leche materna no se puede sustituir por nada.

A simple vista, la leche materna puede parecer un alimento más, especialmente nutritivo, quizá, o mejor adaptado a las necesidades del bebé, pero poco más. Sin embargo, la percepción es errónea. Durante millones de años de evolución, ese líquido se ha perfeccionado para convertirse, además de en un alimento fundamental, en una vía de comunicación por el que la madre transmite a su hijo herramientas críticas para su supervivencia. Dar el pecho reduce la mortalidad infantil y las infecciones, y se ha relacionado con un menor riesgo de obesidad. Y los beneficios para la salud también alcanzan a la madre, a quien la lactancia protege frente al cáncer de mama.
La importancia de la leche materna en el desarrollo humano la convierte en un interesante elemento de estudio, pero su complejidad hace que los científicos aún no hayan sido capaces de desentrañar sus secretos. “La leche materna es tan compleja y tan rica en factores bioactivos (proteínas que estimulan el sistema inmune, proteínas antimicrobianas, anticuerpos…) que no se puede sustituir con ninguna versión artificial”, explica Thierry Hennet, investigador del Instituto de Fisiología de la Universidad de Zurich (Suiza). Hennet, que acaba de publicar una revisión sobre los esfuerzos para comprender este producto en la revista Trends in Biochemical Sciences, añade que la “producción de una fórmula infantil que incluya todos los constituyentes de la leche materna sería tan cara que nadie podría permitírsela”.

viernes, 8 de abril de 2016

Un dron español liberará moscas para combatir la enfermedad del sueño

Un dron español soltará miles de moscas en amplias zonas de Etiopía, pero lo hará por una buena razón: combatir la enfermedad del sueño, transmitida por una mosca. La idea es usar el aparato a modo de fumigador, soltando miles de machos esterilizados para que, al copular con las hembras, la población se reduzca y con ella la también conocida como tripanosomiasis africana.

La tripanosomiasis es endémica en el África subsahariana. Provocada por un protozoo, su vector de transmisión es la mosca tsé-tsé. Al principio provoca fiebre alta, dolores de cabeza y articulares. En una segunda fase, el parásito infesta el sistema nervioso central y el infectado se vuelve apático y muy debilitado. Si no se trata puede provocar la muerte. Según la Organización Mundial de la Salud, la población expuesta al riesgo de esta enfermedad es de unos 65 millones de personas.

Uno de los países donde está presente la mosca tsé-tsé es Etiopía y hasta allí quiere ir un grupo de ingenieros alicantinos con su dron y un buen puñado de machos de mosca esterilizados. Desde hace unos años, el Gobierno etíope cuenta con la ayuda del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), integrado en Naciones Unidas, para esterilizar las moscas mediante radiación. Después las sueltan en las zonas de incidencia de la enfermedad.